Presentación

Hoy por hoy, la educación a un nivel global exige a los estudiantes la adquisición de habilidades y competencias propias de las necesidades del siglo XXI, lo cual trae consigo una serie de recomendaciones e incluso políticas de instancias internacionales que sugieren sean aplicadas a los aprendices del Nuevo Milenio. Es por ello que muchas instituciones  educativas se han visto en la necesidad de proporcionar herramientas y técnicas a sus estudiantes, con la finalidad de que desarrollen dichas habilidades. Así, profesores de todos los niveles educativos, han innovado en su práctica docente, pero que pasa si ponemos en perspectiva la adquisición de estas habilidades y la comparamos con la evaluación de los aprendizajes que desarrollan estos mismos docentes, ¿realmente son equiparables?. Lo que se busca entonces es tener una evaluación más global de los conocimientos adquiridos por los estudiantes y que estos sean capaces de identificar su propio proceso de aprendizaje.

Las acciones que nos corresponden hacer como docentes, son entonces, repensar lo que se va a enseñar, cómo enseñar y sobre todo de que manera se van a evaluar esos aprendizajes (Dumont, Istance y Benavides, 2010).

Así pues, se considera que la rúbrica y la forma H son alternativas de evaluación formativa, permitiendo evaluar el aprendizaje del estudiante durante el proceso educativo, ratificando que el estudiante alcance los aprendizajes esperados y consolide su metacognición. 

Básicamente la evaluación por rúbricas es una técnica de observación apoyada por una matriz de desempeño donde se establecen los criterios y rangos para determinar la calidad del trabajo realizado. Esto permite al alumno saber qué es lo que se espera lograr y que se va a calificar, para que así él regule su aprendizaje y participe en su evaluación. Las rúbricas son una opción apropiada para la evaluación de diversas actividades, por ejemplo, proyectos, análisis de casos, productos, ensayos entre otros, aunque se utiliza por lo general para la evaluación formativa también puede ser utilizada para la evaluación sumativa, al establecer en que rango de desempeño se encuentra el producto entregado.

Por su parte, la técnica de forma H permite evaluar de forma colaborativa proyectos, trabajos, actividades, entre otras muchas aplicaciones, mediante una serie de pasos que dan como resultado un conceso grupal de la actividad a desarrollar. El objetivo de esta técnica es que a través de la participación grupal se desarrollen cuestiones positivas, negativas y propuestas de mejora para un problema determinado, logrando en los estudiantes el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, expresión oral estructurada considerando el desarrollo implícito de elaboración de argumentos positivos negativos y el  trabajo colaborativo.

Objetivo

El participante será capaz de diseñar rúbricas y utilizar la forma H como medio de evaluación en actividades de aprendizaje de la materia que imparte.

Objetivos específicos

El docente será capaz de reconocer las características principales de la rúbrica y la forma H, así como su formato básico para utilizarlas en su práctica docente como medio de evaluación alternativa.

El profesor será capaz de redactar indicadores de desempeño mediante la taxonomía de Bloom e incorporarlos a la rúbrica de evaluación.

El docente será capaz de diseñar actividades de aprendizaje que le permitan utilizar las rúbricas de evaluación y la forma H como medio de evaluación formativa y sumativa.